Fijando un objetivo claro

¿Quién eres como persona? ¿Quién eres como político?

Todo comunica

En política, también

La politica deja huella

¿Que legado quieres dejar cuando te marches?

Y acaba la política

Una nueva oportunidad, ¿la quieres?

Querer no es poder

Querer no es poder y poder no es saber. Es curioso como actuamos frente a nuestras creencias sin ser conscientes si estas nos limitan o no. 

A veces el inconsciente nos juega una mala pasada eligiendo la comodidad frente a la reflexión de un nuevo planteamiento. En definitiva, somos "animal" de costumbres y el cambio nos genera estrés.

Es una evidencia que algunos de nuestros políticos están aún en pañales en cuanto a su comunicación, sobre todo en redes sociales. Estar no es sinónimo saber. 

Hace unos años, mas concretamente noviembre del 2009 me inicié en Twitter. Tardé mucho tiempo en entender muchas cosas sobre las claves de esta nueva plataforma de comunicación, de hecho escribí un post contando mi experiencia después de dos semanas "Cultura...entre plastidecores y MP3" Han pasado seis años, y aún hoy, voy aprendiendo y actualizando mi modo de comunicación en esta red. Toda crítica y consejo son bienvenidos.

Hace unas semanas me llamó la atención del siguiente Tuit


El alcalde de Alicante insta.... y quien es él. ¿Quien es Gabriel Echávarri?

@gechavarri  es el actual Alcalde de mi ciudad. Me llamó la atención porque es una cuenta que leo diariamente, así como leo a todos y cada uno de los políticos y personas influyentes de mi ciudad con el fin de estar al día de lo que acontece.  Si Echavarri es él mismo y la descripción de su Bio es "Alicantino. socialista. Secretario General PSPV-PSOE Alicante. Alcalde de Alicante. Cuenta personal" y no menciona que exista ningún equipo detrás que le lleve dicha cuenta, es de entender que cada uno de sus mensajes son emitidos por él personalmente.

Tras leer este tipo de mensaje reiteradamente hablando en tercera persona como si Echavarri fuera otro y no el...




Anoche no pude resistirme y trasladé el siguiente mensaje 


Su respuesta... y podeis seguir el resto menciones y replicas.



Cuando hablo de credibilidad no me estoy refiriendo a la veracidad del contenido sino a la gestión personal de la propia cuenta y como consecuencia a tener un diálogo con la persona que la gestiona. 

Si leemos de forma habitual que uno mismo anuncia que otro..
Si Ikea planta al alcalde.. (y no soy yo)
Y si otro pretende.... 

Ahí se pierde la credibilidad del mensaje. Porque hubiera sido mejor escribir el tuit de forma personal que no el titular del enlace de la noticia (porque ese es el argumento para no modificarlo) escribiendo lo siguiente o en otras palabras:

  • @Valenciaplaza se hace eco de mi postura "Ikea debe decidir si va con Ortiz o con Alicante"
  • "Estamos trabajando para que los alumnos de Majón Cervantes puedan regresar a las aulas" o en su caso "Hoy he anunciado mi propósito para que los alumnos de Majón Cervantes en Reyes estén en sus aulas"
  • "He comunicado la necesidad de limitar la apertura comercial en días festivos"

Al final es una cuestión de forma. Es entender que si queremos tuitear un enlace donde ponen una noticia sobre nosotros mismos, lo suyo es adaptar el mensaje adjunto para que tenga coherencia, la creencia de no querer modificar el titular del periódico no ayuda a la comunicación y se interpreta, o bien como una gestión paralela de alguien que no es uno mismo, y si es uno el que lo hace, falta de tiempo para marcar el mensaje que se desea y reescribir lo importante de lo que se quiere comunicar. 

Las redes no son obligatorias aunque si son necesarias. Y es importante entender como se usan y sobre todo para qué se usan. Pues son el medio más directo que tiene un político para trasladar de forma eficiente lo que quiere, piensa y sobre todo hace, evidentemente además de ser una fuente de escucha diaria.

Por último, hoy no toca hablar del borrado de tuits... eso merece otro post.

No lo busquen en su cuenta.... No lo encontrarán.

Ahhh y sobre todo si mientras uno está en un evento y otro tuitea, lo suyo es al menos hacerlo de forma que "enamore" al ciudadano y que emocione lo mismo que si le estuvieran escuchando en directo. 

Un titular (al fin y al cabo twitter es la suma de titulares)  bien formulado, siempre tendrá mas fuerza. No es lo mismo, intentar que trabajar. No es lo mismo intentar que hacer. Luego ya se verá si se consigue o no, sin embargo la acción es lo que marca la diferencia.

No es lo mismo decir "Estamos intentando cambiar el sistema de alumbrado a uno d bajo consumo, solo en el Castillo podemos ahorrar 250.000€

Que "Estamos trabajando para modificar el sistema de alumbrado a uno de bajo consumo, en el Castillo por ejemplo, podemos ahorrar 250.000€"

Y por último, un hashtag para el evento ¿no?

Eso si, agradecer la respuesta. Que para eso está twitter para conversar, no es necesario estar de acuerdo en todo, al final todo es un reflejo de la vida misma.

Por cierto, me quedo con las ganas del café y la conversación cara a cara.

Y ahora ¿Qué?

La sociedad quería un cambio. Había una causa y tenía un efecto: desconexión.

La mayoría de los ayuntamientos y comunidades autónomas canjearon a sus dirigentes por unos nuevos. Muchos de ellos no por decisión directa sino por acuerdos minoritarios para desbancar al mas votado. Es el resultado del aislamiento.

Nos hemos quejado tanto de lo que no queríamos que cuando tenemos delante lo elegido comenzamos a preguntarnos si realmente este es el cambio tan ansiado.

Es difícil cubrir las expectativas cuando lo que acontece no es lo contado y lo que hay no es lo prometido. Cien días no son suficientes para un proyecto político aunque si lo son para que la sociedad perciba la incoherencia entre el decir y el hacer.

Hacer es clave pero en política no cuenta solo lo que hago sino como se explica y argumenta lo que se hace. Las formas crean vínculos o rechazos y el mensaje toma fuerza o se desvanece.

He escuchado buenas iniciativas vendidas de la peor manera. Y no hablo de mala comunicación sino de mal fondo. Del fondo del rencor, la revancha y la vendetta. 

Los nuevos políticos aquellos que pedían paso para hacer políticas diferentes están sacando la parte más primitiva del ser humano para cubrir la incompetencia con las ganas. Y eso, no es política eso se llama subsistencia.

Y ahora ¿Qué? Porque detrás del cambio hemos pedido competencia.

Coaching Político para la nueva política


Articulo publicado en la revista El molinillo de ACOP

¿Coaching Político y Nueva Política?

¿Para qué sirve el Coaching en la nueva política? Para dar movimiento. Para cambiar. Para moverse de un lugar a otro entendiendo el motivo del para qué. El Coaching Político está enfocado en la persona antes que en el perfil político porque cuando el contexto cambia y la persona está inmóvil, avanzar se convierte en una utopía.

En la vida pública es imprescindible para el político saber qué es lo que se quiere. Definir explícitamente las metas concretas del plano más personal y alinearlas coherentemente con el proyecto político que se traslada a la ciudadanía. Así mismo se hace necesario identificar de qué modo influirán dichas metas en la sociedad y barajar todas las opciones para llegar a los objetivos marcados, reconociendo los motivos que impiden lograr los objetivos seleccionados y detallar los recursos que se necesitan para alcanzar dicha meta.

En el desarrollo personal de un político valen todos los medios que estén a su alcance para elevar a la consciencia de que puede salir de la presión que ejerce el poder para tratar de cautivar su opinión. La política es un mundo en donde todos los que intervienen tienen intereses antagónicos y donde se hace imprescindible para el político un espacio de reflexión fuera del propio contexto político, en el cual pueda sentirse libre para tomar decisiones, y aquí es donde la figura del Coach, libre de ideología y de posiciones, es la clave.

Cuando un político con vocación se olvida de quién es y para qué está en política, alejándose de sus valores y los motivos que le llevaron a la función pública, el Coaching Político es la herramienta idónea para mantener esa conexión dentro de contexto, donde el mundo real parece dividirse entre los que viven dentro y los que sobreviven fuera de la política.

Frente a este escenario cabe preguntarse ¿Qué es el Coaching? El coaching es un entrenamiento personalizado y confidencial llevado a cabo por un asesor especializado (coach) y cuyo principal objetivo es avanzar y conseguir aquello a lo que uno aspira, bien de forma individual o conjunta. Sin embargo, esta respuesta se convierte en un arma de doble filo, cuando su interpretación nos puede llevar a pensar que lo que desean nuestros políticos es la consecución de sus propios intereses personales frente al interés general y el bien común, en un momento tan crítico donde la sociedad ha pedido un nuevo estilo en la forma de implementar la política y un nuevo procedimiento de sus líderes políticos. ¿Será esto la definición de la nueva política?

La confianza en los líderes políticos se encuentra en los mínimos más bajos de la historia y el valor más demandado por la sociedad se llama honradez; y precisamente, estos dos valores “confianza y honradez” son la base imprescindible para abordar un proceso de coaching.

Nada tiene que ver la preparación de los líderes actuales con aquellos que hace apenas treinta años desarrollaron La Constitución Española y construyeron las bases para tener un país libre. Ni siquiera el conocimiento requerido a un político hoy tiene los mismos elementos que hace apenas cuatro años. Tampoco la sociedad es la misma y las personas que hoy desempeñan sus funciones en un cargo público, tampoco.

Las necesidades de todos los que intervienen en el contexto político han cambiado a un ritmo más vertiginoso que la propia sociedad. Hoy en día el objetivo principal al que se enfrenta un político se llama confianza y detrás de ella viene todo lo demás. Por lo tanto ¿Cómo ganarse la confianza de la ciudadanía? ¿Cómo se puede implementar esa nueva política cuando todo es interpretable y el pasado se vuelve presente a través de un clic? ¿Qué hacer cuando los valores personales evolucionan y quedan al descubierto valores ya desechados? ¿Dónde queda la confianza en este nuevo escenario? El Coaching Político da respuesta a cada una de estas preguntas siempre y cuando el político que toma la decisión de trabajar con un Coach esté comprometido con sus ideas, sus valores y su desarrollo personal aceptando que para conseguir aquello que desea es necesario agitar el interior de su persona, siendo imprescindible el movimiento, es decir, salir de su zona de confort.

¿Para qué es tan importante salir de la zona de confort? Porque ayuda a tener una vida más rica en emociones, conocimiento y perspectivas. Y como consecuencia nos hace crecer y evolucionar a una versión mejorada de nosotros mismos. Y esto en política es esencial. ¿Habrá sido éste el germen de la nueva política? La ciudadanía se ha puesto el uniforme de político, ha entrado con derecho en el escenario político y los que ayer reclamaban nuevas formas de gestionar la política, hoy tienen la oportunidad de ejercerla. Pero ¿saben hacerlo? Porque a través del querer han llegado al poder y se han encontrado con la ausencia del saber.

En la nueva política la coherencia toma protagonismo. Ya no valen las palabras. El discurso político queda desnudo si no va acompañado de hechos. Si uno hace lo que dice, y a su vez, dice lo que hace, genera reputación a la vez que confianza y con ella obtiene la tranquilidad necesaria para disponer del tiempo imprescindible para llevar a cabo los proyectos políticos.

La nueva política confía en sí misma pero ¿Quiénes son los que la implementan? ¿Qué quieren los que llegan frente a los que están? ¿Son los viejos tan arcaicos y los nuevos tan inéditos? ¿Qué ocurre cuando confluyen los nuevos y los viejos en el poder? ¿Cuáles serán los resultados de sus políticas? La realidad es que todos y cada uno de ellos se enfrentan a realidades similares en planos contrapuestos donde se hace obligatorio trabajar el entrenamiento de sus habilidades y competencias así como en la gestión de sus emociones.

La vieja política requiere entrenar, entre muchas otras, la vanidad para no quedarse aislada, la escucha para prestar atención a lo que sucede a su alrededor y el ego, pues el exceso de autoestima los está asfixiando. Solo a través del autoconocimiento, con el saber mirar hacia adentro, podrá entender donde se encuentra y cuál es el escenario exacto de una realidad que interpretan como si fuera virtual. Saben que está pero no la tocan, no la sienten, no la viven.

La nueva política requiere entrenar la soberbia para dejar de presumir de sus logros y reconocer sus fracasos, la empatía para dejar de mirar desde abajo y comenzar a entender que se ve y se vive desde arriba y también su ego, el mismo que con el paso del tiempo asfixia. En política no todo lo que se sueña es viable y aquello que es viable a veces no se sueña.

La nueva política no es cambiar la mala praxis del poder y reemplazarla por otra diferente o mejor. La nueva política no son solo gestos, que cuentan, pero que no son la esencia de la cuestión. La nueva política conlleva un cambio de paradigma en el propio pensamiento, en el entendimiento de que aquello que sentimos proviene de nuestra forma de pensar y esta a su vez nos lleva a unas u otras acciones. Por eso es tan importante entender que se hace sentir a la ciudadanía.

El origen auténtico de los problemas se asienta en las instituciones y sus leyes. En no tener límites definidos, donde la falta de valores y ética o su transformación por la llegada del poder, hace que en todos los partidos haya corruptos y en todas las ideologías se cometan delitos.

La nueva política no es una cuestión moral donde los códigos éticos se postulan y los que llegan hacen las cosas de otra manera. Un partido no vale por lo que dice que acata, sino por lo que hace día a día. Si un partido es liderado por personas íntegras, la gestión en cada una de las instituciones donde tiene cabida se desarrollará con integridad y esto a su vez será un ejemplo en cascada para el resto de la organización. Cuando esto es así, los corruptos no tienen cabida, es el propio organismo quien se encarga de eliminarlos. Por ello, la buena articulación de la democracia no requiere de pruebas morales llevadas al extremo, de quién va en bici o no a su ayuntamiento o de quién ofrece la vara de mando al pueblo, sino que necesita en las bases de las instituciones nuevas leyes que desanimen a los corruptos a ejercer sus fechorías, sean o no, nuevos o viejos.

Bien sea de carácter individual o como organización grupal es precisamente el Coaching Político quien ayuda a gestionar todos estos cambios aportando herramientas a través del diálogo. El Coaching Político se basa en el arte de preguntar. Es un aprendizaje a través de la plática, que ayuda al político a conocerse mejor, a comprender quién es y qué quiere ser, poniendo medios para lograrlo. Para ello es necesario que el político salga de su mundo, es decir que tenga la habilidad de reflexionar, pensar y definir donde está, por qué está ahí y que rumbo quiere dar a su vida política, teniendo el auto-conocimiento como punto de partida de todo proceso de coaching.

Es la política actual la que reclama al político nuevas competencias y habilidades que le lleven a tomar el lugar que la desconfianza ha colonizado en la última década. La sociedad ya no quiere solo buenos oradores y artistas de la palabra. La ciudadanía ofrece su confianza a aquellos políticos que implementen la política en la que ellos creen independientemente del partido donde militen. Todo es mucho más volátil a la vez que confluyente; y lo nuevo toma posicionamiento mientras lo viejo sigue aportando experiencia. No todo es válido en lo nuevo, ni tampoco en lo viejo.

En un proceso de coaching político un primer paso es tomar conciencia política de las nuevas reglas y corrientes sociales, incluso aquellas que no están en primera línea. Saber interpretar adecuadamente la realidad externa así como la realidad interna de los partidos se hace imprescindible para cualquier político. La nueva política necesita personas influyentes y persuasivas que sean eficaces y sepan captar la atención de la ciudadanía. Políticos que sepan utilizar estrategias indirectas con el fin de llegar al consenso y obtener el apoyo de los demás. Todo esto con nuevas claves de comunicación, arropadas en las nuevas tecnologías, que abren un marco político desconocido a un mundo político que no ha perdido su esencia, a pesar de su desafección. El ciudadano al igual que en la antigua Roma sigue reclamando ser escuchado a través de conversaciones digitales y sociales. Los mensajes no adquieren relevancia en vallas publicitarias o macro-mítines y toman protagonismo en 140 caracteres. Ahora las ideas navegan por internet y algunas decisiones se toman a golpe de clic.

Inspirar y guiar a la sociedad es una habilidad de pocos y las nuevas tecnologías han sido los grandes aliados para los partidos emergentes. Han entendido que en la versatilidad de la puesta en escena confluye la idea, el mensaje y la acción.

La nueva y la vieja política confluyen en necesidades antagónicas. La nueva política viene con ganas de cambio y con ausencia de hábito, mientras que la vieja política está aferrada a la costumbre y dispone de mayor experiencia. Esta realidad genera conflictos cuando ambos convergen en el poder. Se impone la negociación con nuevas reglas y es entonces cuando comienza un nuevo estilo de ejercer la política ejerciendo liderazgo partiendo de la base del ejemplo. Es trasladar con hechos lo que se emite con la palabra. Es hacer lo que se dice, diciendo lo que se hace.

El Coaching Político ayuda a gestionar los nuevos escenarios políticos donde convergen la nueva y la vieja política. Ayuda a encontrar puntos de encuentro dentro de los partidos, a mejorar su política y la política que necesita la sociedad. En el nuevo contexto político toma relevancia la capacidad de negociar y de saber resolver desacuerdos comprendiendo que el manejo de los conflictos conlleva una disposición de pensamiento interno calmado y la habilidad de expresión adecuada.

Esta capacidad de escucha dentro de la comunicación es la que acerca al político a un matiz más humano y menos codicioso pudiendo mostrarse a resolver las cosas dialogando en lugar de dejarse llevar por emociones irracionales que lo posicionan incluso en el ámbito de la agresividad. Estas y otras situaciones son las que se trabajan en un proceso de coaching donde el político se descubre, se conoce y sabe cuáles son sus recursos, capacidades e incluso sus limitaciones.

Es a través del coaching como es consciente de sus puntos fuertes y de sus debilidades logrando así un mayor aprendizaje y ampliando su desarrollo personal y político. Esa es la esencia de la política. Cuyos valores necesariamente se asientan en la honestidad, la integridad y la responsabilidad del propio político teniendo la aptitud de admitir y asumir sus propios errores.

La política actual solicita cultivar y comprender las distintas visiones del mundo, siendo sensibles a las diferencias existentes entre diferentes partidos e ideologías. Esto ofrece una oportunidad al político de aprovechar la diversidad en beneficio de la mayoría y no al interés de un grupo minoritario. Para ello el político necesita tener una sensación muy clara de su valor y de sus capacidades. La confianza en sí mismo conlleva el poder expresar puntos de vista impopulares, dentro y fuera del partido, y defender sin apoyo de nadie aquello que considera correcto para el ejercicio de su/la política.

En política, prever con optimismo e iniciativa un futuro a corto y medio plazo es en sí crear el sueño que toda sociedad anhela. Saltarse las rutinas habituales cuando la situación así lo requiere para llevar a cabo el objetivo marcado es una oportunidad demasiado generosa que en otros ámbitos es inviable adecuar. La política lleva como compañeros de viaje a "obstáculo" y a "contratiempo" y saber viajar con estas circunstancias sin pensar que son fallos personales es una idoneidad que lleva al político a trabajar más desde la expectativa del éxito que desde el miedo al fracaso.

Entonces cabe preguntarse ¿Es necesario el Coaching Político en un entorno tan variable? Sócrates decía “en un primer lugar tienes que ejercitar la virtud, y también quienquiera que esté dispuesto a gobernar y cuidar no solo de sus asuntos en particular y de sí mismo, sino también de la ciudad y de sus intereses, no deberá enseñar sino que principalmente solo deberá aprender” Por ello las personas que deciden desarrollar su vocación y estar al servicio del ciudadano deben poner especial atención en el aprendizaje y desarrollo de sus habilidades y sobre todo de sus competencias. No importa si son viejos o nuevos. Si saben o pueden. Lo importante es que quieran. Que quieran transformar la política desde el interior de las personas.

En definitiva el gran reto de un Coach Político es combinar el trabajo de los asesores estratégicos, y/o de campaña, y/o de comunicación y conectar todo ello, con lo que el político piensa y en definitiva que llegue al ciudadano. Solo así se habrá ganado el derecho a ser escuchado. ¿Tiene el Coaching Político cabida en la nueva política? Rotundamente sí.

Sexo y Política arropados por el Poder

¿Qué relación tiene el poder, la política y el sexo cuando todavía en pleno S.XXI el silencio usurpa los pecados de alcoba de nuestros dirigentes?

Desde pequeños se nos ha educado a no cuestionar los asuntos privados de nuestros políticos. ¿Alguien a estas alturas piensa que ninguno de nuestros presidentes de Gobierno no ha tenido ninguna aventura, o que vicepresidentes, ministros o consejeros, sin olvidarnos de alcaldes y diputados, no han vivido affaire alguno? La respuesta es sencilla, alguno lo ha vivido y varios en este instante lo están viviendo.

Que el sexo condiciona a nuestros dirigentes es una obviedad, además de ser un componente fundamental en el devenir de la historia. ¿Qué hubiera sido de Israel sin Salomón, donde las estrategias se fraguaban en su harén? O de Roma sin Cleopatra seduciendo a Julio Cesar,  cautivando a Marco Antonio y consiguiendo que se enfrentara a Octavio Augusto. La vida de Cleopatra estuvo marcada por la erótica del poder y como herramienta de seducción el sexo. Cada determinación que marcó su futuro pasó por su alcoba, siendo su última decisión una apuesta a sexo o muerte, y esta última la que ganó.

En todo acontecimiento histórico surgen siempre dos motivaciones, la primera, la económica, y la segunda, la sexual. Ya citaba Arcipreste de Hita lo que dijo en su momento Aristóteles “Cosa verdadera, que el hombre por dos cosas trabaja, la primera por haber mantenencia, la otra cosa era, por haber juntamiento con fembra placentera”. Y así a lo largo de la historia, existe una inmensidad de acontecimientos que han marcado nuevos rumbos que dan origen al momento presente.

Tal vez, porque ahora es muy reciente para mirar los acontecimientos con nuevas perspectivas, la historia de España será estudiada entre otros muchos matices, con un antes y un después de la famosa cacería en Bostwana del Rey Juan Carlos I junto a Corinna Zu Sayn-Wittgenstein. Antes, todo el mundo intuía sin saber, y no por ello bajaba una décima la popularidad y aceptación del monarca. A partir de este incidente, el Rey fue analizado y juzgado en cada movimiento hasta su abdicación, siendo su hijo Felipe VI, junto a su esposa la Reina Leticia, divorciada plebeya, quienes han vuelto a dar solidez y popularidad a la monarquía española. La historia se va escribiendo según los valores y creencias de nuestros líderes, aunque ni ellos mismos sean conscientes de la relación entre sus sentimientos y sus decisiones.

Aceptando que el sexo y la política han ido unidos a lo largo de la historia y que más de una decisión ha dado un cambio de rumbo de 180º a los sucesos acontecidos, cabe preguntarse ¿Cuál es el motivo - teniendo el poder que tanto cuesta alcanzar- para perder tanto, tan fácilmente, por un lío de faldas o de pantalones?

La respuesta es sencilla, en su falta de gestión emocional. Y no nos estamos refiriendo a contener sus instintos más íntimos, no, sino a identificar claramente quienes son, para qué están, qué quieren, qué pueden y dónde quieren llegar.

Es un hecho que las personas que están en la cúspide del poder, a la vez, son las que más solas se encuentran. El gran paradigma es precisamente esa soledad no bien gestionada, independientemente de ser hombres o mujeres Margaret Thatcher o Ángela Merkel son un claro ejemplo, que conlleva decisiones en un mapa que no corresponde al territorio real.  Ya lo decía Alfred Korzybski, gran influyente de la terapia Gestalt y la programación neurolingüística: “el mapa no es el territorio”. Un mapa es simplemente una explicación de ciertos aspectos de un territorio y un paradigma es exactamente eso. Es una explicación, una teoría o un modelo a seguir.

Tanto se dice que el poder ciega, que no solo el que lo ostenta se siente potente sino también omnipotente. Uno de los personajes relevantes del S.XX Henry Kissinger lo definió como el mayor afrodisíaco.

Esta realidad nos lleva a que cuando más amplia es la soledad, menos imparcialidad se tiene ante la realidad. Y es precisamente en ese momento, donde surge la vanidad, el ego y la impunidad. Como consecuencia el gran reto de nuestros dirigentes es la gestión emocional. Reconocer e identificar sus emociones se está convirtiendo en su talón de Aquiles.

La arrogancia, envanecimiento y deseo de ser admirado por el alto concepto de los propios méritos, como le ha sucedido a François Hollande, Berlusconi o al mismísimo Dominique Strauss-Kahn, tiene sus consecuencias, les da la falsa creencia de ser impunes, y les aporta un halo de virtudes y aptitudes que a menudo no poseen. Ninguno de ellos hubiera tenido el éxito de “Don Juan” si no hubieran alcanzado el poder.

La clave radica en cómo cada persona gestiona dicho poder. No es igual utilizarlo para el bien común y el interés general, con responsabilidad, que asentarlo en la codicia, avaricia, vanidad o narcisismo. Así mismo, en el plano opuesto, tampoco es lo mismo la relación que mantienen los mortales frente al poder, donde la atracción hacia los poderosos permite que alguien absolutamente banal, se convierta de repente en elemento de deseo.

Entonces cabe preguntarse ¿Cómo se gestiona el poder? Desde el interior de las personas. Con el Coaching Político podemos trabajar sobre la conducta y sus consecuencias, en definitiva, podemos gestionar las emociones que dan resultado a sus acciones.

Es una evidencia que nuestros dirigentes prefieren vivir una utopía cómoda en lugar de enfrentar una verdad incómoda y el resultado es que no logran cambiar de paradigma. Cambiar de paradigma significa desechar todo lo que uno cree saber sobre un asunto y aceptar, apoyándose en nuevas evidencias, una nueva verdad. La gestión del poder se instala en el autoconocimiento. En dar respuestas a preguntas muy básicas que muchas veces no se responden. ¿Qué valores nos identifican? ¿Cuáles son nuestras creencias? ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? y la clave ¿A dónde vamos?

El día que nuestros dirigentes se paren a dar respuesta a estas preguntas, se darán cuenta que sin hacer gran esfuerzo alinearán lo que quieren con lo que dicen, con lo que hacen. Como consecuencia, seguirán embelesando a las féminas y a los “machos alfa” pues es una cuestión más bien biológica. Y así habrán encontrado el antídoto al mayor afrodisíaco de la historia: el poder.


 Articulo publicado en @Beerderberg magazine gracias a @xpeytibi

Qué hostia!...Qué hostia!

27 de mayo de 2015 @EdurneUriarte escribe un articulo en el diario ABC que me deja perpleja y desconcertada. 

Su titular: "El PP necesita un coachno deja de despertar mi curiosidad, sin embargo su explicación y contenido borran cualquier sentimiento de empatia y complicidad con lo que desarrollo como Coach en mi día a día.

Sí, el PP necesita un coach, pero no porque estén de moda sino porque su labor, muchas veces desconocido en el ámbito político, aporta un valor exponencial al desarrollo y la implementación de la política alineada a su esencia elemental que es velar por el bien común y el interés general. 

Ordenar de forma adecuada las ideas, los valores, las palabras y los hechos es la clave para la coherencia. Y no hay nada en política que se mantenga sin coherencia; siendo el tiempo el gran aliado del pueblo, pues da respuestas si antes los partidos y los políticos no se han cuestionado algunas cosas, de una forma tajante. 

Qué hostia!...Qué hostia! es la mejor descripción que se puede dar al escenario y contexto político en el que se encuentra el Partido Popular. Rita Barberá en su estado consciente y a la vez involuntario describió de forma taxativa una realidad, que después de tres días, muchos políticos no saben aceptar porque todavía no han hecho el trabajo de analizar el motivo y sobre todo, para qué la sociedad les ha mandado al rincón de pensar.

Todos los políticos que llevan más de cuatro años en la actividad política tendrían que tener dentro de sus agendas una actualización anual, por no decir semestral, de su mapa mental dentro del contexto político. El mapa no es el territorio y sin líderes nacionales, autonómicos o provinciales que no entiendan esto el resultado es desolador. Porque los objetivos marcados sin la calibración de los agentes externos y basados en lo que siempre se ha hecho y ha funcionado, llevan al conjunto del partido a un destino incierto basado en creencias y no en realidades y el resultado es Qué hostia!...Qué hostia! 

La política es algo serio y el que no lo considera importante termina fuera de ella, antes o después. La política es de los valientes, de los proactivos y de aquellos que toman las riendas de su futuro político y no de los que van al son de acuerdos internos, de la validez por años prestados al partido y que reaccionan tarde aun teniendo prestado el tiempo sin habérselo ganado. En la Comunidad Valenciana tengo dos ejemplos. Alberto Fabra y "Suni" Asunción Sanchez Zaplana. Ya se sabe, que quien no se cree quién es, no convence a nadie.

Una de las carencias más destacadas de Alberto Fabra es la falta de carisma y liderazgo que ha mantenido a lo largo de estos cuatro años prestados. Llegar al poder sin ser legitimado por el pueblo conlleva el ganarse el derecho a ser escuchado y sobretodo ser validado por aquellos que no pudieron hacerlo a través de las urnas. La política no son concesiones a coste cero por tener como promotor una siglas que te avalen. Fabra ha tenido su oportunidad y solo en los últimos meses ha reaccionado. Escucharlo en un mitin en las pasadas elecciones europeas fue desolador ante la falta de conexión con el publico. Hace apenas un mes con la visita del presidente Mariano Rajoy a Alicante y como apoyo a la candidatura de Asunción Sanchez Zaplana quedó en evidencia que se había puesto las pilas en hacer lo que durante cuatro años, los suyos le reclamaban. Hacer vibrar a la gente que te escucha, no es fácil, y lo consiguió diez meses después. Sin embargo, ¿donde estuvo los tres años anteriores? Acomodarse y no salir de nuestra área de confort tiene consecuencias. 

No dudo, y que quede por delante, que en una situación compleja como la que estamos viviendo, se hayan hecho cosas, además de trabajar por ese bien común e interés general, de hecho, escuchando a Jorge Bellver @JorgeBellver Vicesecretario de Comunicación del Partido Popular de la Comunidad Valenciana y portavoz del Grupo Parlamentario en las Cortes en un desayuno, al termino del mismo, me preguntaron como lo veía y trasladé "tenéis un problema serio que escuchándoos es evidente que no sois conscientes que el estilo y forma de implementar y hacer política, ha dado un cambio que vosotros no habéis entendido, ni comprendido y eso hará que no lleguéis a conectar con vuestro electorado" Ha cambiado todo el escenario político y no este 24M que es cuando se ha materializado, sino mucho antes, donde la gente ya pensaba, "no me convencéis, vuestras palabras y vuestros hechos no están siendo coherentes".

Cuando uno se junta con sus semejantes su capacidad de innovación se reduce a la mitad. Cuando uno se nutre de las mismas fuentes la capacidad de crecimiento es prácticamente nula. Cuando uno no está abierto a cuestionarse y preguntarse queda en una posición inerte ante su propio destino.

E inerte ha sido la campaña de Asunción Sanchez Zaplana. No voy a juzgar las decisiones porque los resultados han sido la mejor respuesta y no considero apropiado de hacer leña del árbol caído. Sin embargo, como ciudadana de Alicante si voy a destacar tres cosas que veo imprescindibles para valorar el resultado y sus consecuencias.

La primera pasa por la gestión interna del partido frente a la situación del ayuntamiento y Sonia Castedo. ¿Quien dijo que la inmovilidad da buenos resultados? ¿Quien valoró no mover ficha? ¿Quien ante una situación de crispación creciente iba alimentando con el silencio el poder de la oposición? Habían muchos escenarios para poder enfrentarse a estas preguntas, pero cuando prevalecen los intereses personales y no los generales, el resultado es Qué hostia!...Qué hostia!  

En segundo lugar. No pongo en entredicho la capacidad de Suni aunque si pongo en duda que fuera su momento. En política hay que saber elegir el instante donde uno da un paso adelante. Y aunque muchos políticos se preparan estrategicamente a través de decisiones para un marco y posicionamiento político, no entender el contexto y el lugar que se ocupa conlleva Qué hostia!...Qué hostia!

Asunción Sanchez Zaplana es la persona, entre muchas cosas, que una amplia parte de la sociedad alicantina asocia a los recortes. El sacarla del ayuntamiento de Alicante para convertirla en un mirlo blanco a través de una Conselleria era una buena estrategia, si no fuera porque la elegida fue Bienestar Social en un momento de crisis y claro cuando los que viven en sus carnes la cercenadura de sus derechos, la decisión se torna en un boomerang difícil de controlar.

Y como ultimo punto si destacamos sus habilidades sociales tenemos en bandeja de plata Qué hostia!...Qué hostia! 

A Suni le diría personalmente que cuando alguien decide dedicarte tiempo y dejar a un lado sus compromisos para asistir a un desayuno donde se sabe que es para vendernos tu libro, que menos que tener empatia, cercanía y agradecimiento. 

El lenguaje no verbal es lo primero que ven aquellos que no llegan al contexto del lenguaje. La altivez y la soberbia no son buenos compañeros de viaje en la política. Matizar que estas dos actitudes no es sinónimo de ser. No digo que Suni sea sino que transmite. Si lo es, ese será otro problema. 

Desconozco donde se asientan sus miedos, sus inseguridades y sus mecanismos de defensa, sin embargo sus hechos han manifestado que detrás hay mucho de esto.

Porque si no fuera así, que le hubiera impedido hacer una campaña cercana, de calle, de tu a tu. ¿Donde estuvo en el primer debate, que se realizó en la universidad, para defender su modelo de ciudad? ¿Que le motivó para mandar al numero siete de su lista a defender su proyecto? Sí, el numero siete, el mismo que por derecho podía haber estado en su lugar, así lo marcaban las encuestas, porque su trabajo y compromiso ademas de su gestión así lo avalaban. ¿Hubiera tenido Obama en su primer mandato el posicionamiento que obtuvo sin Hillary? Los líderes saben elegir quienes le acompañan y saben decidir donde, cuando y lo mas importante para que.

¿Para qué quería Suni ser alcaldesa? Porque lo único que hemos escuchado es un sin fin de frases construidas sin estrategia y sin sentido. ¿Tu ilusión? #TuIlusionMiCompromiso pero quien tiene ilusión cuando lo ha perdido todo, cuando no hay trabajo, cuando las familias viven de las pensiones de sus mayores, cuando desahucian día tras día, cuando tienes dificultades de llegar a fin de mes. Esos son los votantes, y esos son muchos. Y hacia ellos ha habido pocos mensajes y menos propuestas. La gente se mueve por la esperanza. Y la esperanza en política se crea a través de miradas, sonrisas, abrazos y mensajes y nada de ello se puede hacer sin estar cerca y con la gente. Cuando hablo de habilidades sociales hablo de proximidad, de calle, calle, calle y mas calle. Hablo de no hacer una campaña cogida con alfileres y con poca presencia "real". Porque reunirse se ha reunido pero ganarse el derecho a ser escuchada no lo ha conseguido. 

Ni siquiera alzó la voz en el debate de InformaciónTV.  Que por cierto, fue de lo peor que he visto en esta campaña, no por lo presentadores, ni por los participantes, sino por el formato; y ello dio como resultado  a que los candidatos no hablaran ni de sus propuestas, ni de sus proyectos de ciudad. Solo uno supo sacar rédito al debate Natxo Bellido candidato a la alcaldía por Compromís, precisamente el que ha quedado con la llave de gobierno para el ayuntamiento de Alicante. Quien le iba a decir a Suni que esa ayuda pre- debate sería una semiótica perfecta de su incipiente futuro.

En fin, que ahora toca que los que decían que iban a hacer, hagan mirando por el interés general y que los que han pasado al rincón de pensar, no se queden mucho tiempo en un estado de victimismo porque Alicante, ahora, necesita mas que nunca la mejor oposición.

Los ratones gritan: Si se puede.





Hace apenas un año, después de las elecciones europeas tomé la decisión de estar ahí donde el ciudadano está. No hay ciego más grande que aquel que se rodea solo y exclusivamente con sus semejantes.

En aquel momento álgido después de los resultados de Podemos, me lancé a a la calle y unas semanas después me encontraba en el parque Lo Morant de Alicante asistiendo a una asamblea de un circulo de Podemos. No creo que pudiera dar esta visión si no hubiera asistido entonces a aquel encuentro. Necesitaba escuchar a la gente, a la gente de barrio, a la gente como yo, a las personas trabajadoras, estudiantes y porque no decirlo a los más rebeldes. Benditos los rebeldes que mueven mi silla, que hacen que no me acomode y que siga estando alerta a todo lo que me rodea.

Recuerdo perfectamente que hacia mucho tiempo que no sentía el miedo de sentirme observada como si estuviera cometiendo un delito. No porque lo hubiera cometido antes, sino porque ver como un furgón de policía hacia presencia en aquella reunión en una plaza con no mas de 40 personas, haciendo fotos a los asistentes, eso sí, sin intervenir en ningún momento contra nadie, sinceramente me coaccionó.

En aquella reunión cometí un error. Y fue analizar lo que ocurría en esa asamblea desde la perspectiva de mi profesión, sin tener en cuenta que cada uno de ellos, eran personas con sus historias, con sus intereses, sus miedos, su hartazgo y sobretodo con sus inquietudes por cambiar las cosas, aunque no supieran, ni por donde empezar. 

En toda agrupación de personas hay un líder, aunque él mismo no lo sea. El ser humano necesita tener sentido de pertenencia a la vez que verse reflejado y aceptado por los demás. No importa el motivo o el condicionante que lo haga posible, sino el resultado que consigue con esa unión.

Y cometí el error al juzgarles por no saber. Por no saber ni siquiera, como votar la elección del formato de su pancarta, la misma que posteriormente han llevado en cada una de sus manifestaciones. No comprendí que lo importante no es como llegas a tu resultado sino tener claro cual es tu fin. Cuando lo defines, aunque no sepas, si no vas solo, seguro que llegas.

A lo largo de los meses a pesar de mi opinión, totalmente sesgada, los de "abajo" fueron irrumpiendo barrio a barrio por la ciudad de Alicante. Han hecho su labor, han hecho su trabajo. Las encuestas sobre Podemos en su momento cumbre posicionaban a Alicante entre las diez primeras ciudades con mayor intención de voto. Luego todo se calmó. 

Estas elecciones sigo muy de cerca la política de mi ciudad. He estado en actos de los socialistas, de los magenta, de ciudadanos y del partido popular. He tomado café y compartido conversación con izquierda unida. He comido con más de uno de los dirigentes de mi ciudad y he conversado largo y tendido con algún que otro concejal del ayuntamiento de Alicante. A unos los conozco más que a otros. Me gusta seguir los pasos de aquellos que un día van a gestionar la ciudad en la que vivo.


Tal vez por ese error mio, dejé de lado algo importante. Que no coincidir con las ideas de otro no tiene porqué ser motivo de autismo. Hoy, aun sin compartir discurso ni ideología, muchas personas me han dado una lección de humildad.

Hoy Pablo Iglesias en Alicante rodeado de miles personas como aquellas que hace un año yo no valoré por no saber, han dicho y han hecho mucho más de lo que yo he podido aportar durante estos años en el contexto político.

Hoy visto lo visto en el Pabellón de Tecnificación de Alicante sigo con la cabeza alta y la humildad necesaria para entender, que lo que yo no comprendo, es tal vez lo que mi vecino anhela.

He ido a lo largo de mi vida a muchos mitines y hacia tiempo, mucho tiempo que no vivía la esencia de la comunicación política en estado puro. Hoy el silencio ha gritado. Hoy Podemos Alicante ha dicho mucho, con menos recursos, con menos campaña, con menos de todo pero con mas fuerza que nunca. Hoy mucha gente corriente ha dicho alto y claro que si está comprometida con la política. Con lo que no comulga es con los políticos corruptos y el sistema manido. 

Muchos políticos deberían aprender de Pablo Iglesias a nivel de comunicación. Lo hace con fuerza y con pasión. Lo hace extremadamente fácil. Tiene la habilidad de llevar a la mente del votante, con palabras sencillas y ejemplos tangibles, el escenario que él mismo visualiza, para hacerle entender donde está y donde puede llegar si confían en él. Pura inteligencia emocional. Podemos es un estado emocional con un latido constante. Tomen nota señores políticos. Aquellos que están entendiendo este escenario emocional son los que están llegando al corazón del votante y si no, vayan analizando las encuestas.

El discurso de hace un año de Pablo Iglesias sobre "los de arriba contra los de abajo", "la casta contra la gente normal" lo ha escenificado hoy con "los Gatos contra los Ratones". 

Los Gatos naranjas, azules y coloraos contra un ratón con una coleta que un día decidió montar su partido y por eso los gatos le llaman populista. Pablo Iglesias ha recordado a los ratones que los gatos hacen leyes para gatos, no para ratones. No, no me he ido del hilo del post, solamente me he metido en una historia, sin darme cuenta, donde me ha llevado Pablo gracias a una buena historia. Esa es la habilidad que tiene. Llevarte sin pensar a donde tu crees que quieres ir. Deberíais de haber escuchado como la gente lo aclamaba. 


Es listo y maneja el mensaje como nadie. Ha dado la clave para movilizar a los indecisos. "Tenerlo claro, la política tiene que ver con la fuerza. Y nosotros, cada uno de los que estamos aquí, tenemos un tesoro que no tiene nadie. Hay que hablar de política en todas partes, en el trabajo, en la tienda, en el gimnasio, allá donde vayáis, porque si convencéis a cinco personas de vuestro entorno cada uno, el cambio Si se puede".

Después de lo vivido hoy y lo acontecido durante la campaña en mi ciudad. Tengo más claro que algunos creen que saben, otros creen que pueden y muchos aunque vayan en silencio gritan y consiguen lo que quieren.

Pdta. Para quien pueda pensar que este post es un alegato a Podemos por mi parte, esta muy confundido. No comulgo con esta ideología, aunque aprendo mucho de todo lo que la rodea.

Comunicación, política y coaching en "Tus gestos te delatan"

El pasado jueves 26 de Febrero tuvo lugar la presentación del libro de Fran Carrillo @francarrillog "Tus gestos te delatan" en Puerta Ferrisa gracias a la Agencia Local de Desarrollo.

Carlos Castillo Marquez, @CarlosCast_Marq Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Alicante y Concejal de empleo presentó el acto junto al Diputado Provincial Adrian Ballester @adrianballester y una servidora, donde trasladé mi punto de vista sobre la nueva comunicación política en el S.XXI que a continuación comparto.

Es un reto y una oportunidad asociar mi experiencia profesional como Coach Político y Asesora Política a una profesión altamente influyente en nuestra sociedad como es la comunicación.

Desde mi punto de vista, la comunicación es la expresión de todo aquello que una persona lleva dentro, materializándolo de una forma externa. Las personas necesitamos exteriorizar aquello que queremos, deseamos o simplemente necesitamos. Y toda comunicación nace siempre, primero desde la emoción, desde el sentir.

Un Coach Político trabaja con el interior de las personas, con sus habilidades y competencias, con sus miedos y sus egos, con sus sueños y con sus ideas, con todo aquello que nace desde el rincón más profundo de cada persona. Y la actualidad, tanto política como de comunicación, hace que esas competencias y habilidades, esos miedos y egos vayan transformándose dentro del nuevo entorno, que les toca vivir. Y la cuestión es ¿cómo hacerlo en un entorno dónde todo va asociado a las nuevas tecnologías? Donde parece, que en la era donde tenemos una mayor comunicación tecnológica, desarrollamos una menor comunicación afectiva y efectiva.

La globalización y las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de comunicarnos, con y entre las personas. Hemos pasado de una comunicación unidireccional a una comunicación bidireccional. Donde la palabra ha dado paso a la imagen. Donde el impacto de lo que vemos en ocasiones tiene más fuerza que la propia razón.

Hemos pasado de ser personas caracterizadas por la reflexión a seres que miramos, no pensamos,  que vemos, pero no entendemos. Un cambio de paradigma que ha hecho que nos olvidemos de lo más esencial. De la emoción.

Todo lo que estamos viviendo en estos últimos años, punto de inflexión el 15M, dentro y fuera de la política, es el resultado de nuestros estados de ánimo. La gente salió a la calle porque estaba harta.

Esos estados de ánimos son creados por nuestro pensamiento y nos llevan de una forma inconsciente a lo emocional. Según piensoasí siento,  y como consecuencia, hago. Es decir, nuestras acciones son la consecuencia de nuestras emociones, que han sido previamente filtradas por nuestros pensamientos. ¿Cómo no va a ser importante la emoción?

Aquellos políticos, asesores de comunicación, estrategas que sepan comprender esta consecución entre el pensamiento y el hacer, alcanzarán lo más valioso  “el voto”. Porque la emoción es aquello que nos mueve hacia… Hacia algo o hacia alguien.

Y cabe preguntarse ¿Dónde quedó la emoción en la política? ¿Cuándo perdimos la capacidad de emocionar al electorado? ¿Dónde está la política emocional? Porque comunicar con emoción, sabemos. Lo hacemos en otros ámbitos y en otros contextos, sin embargo, en política, parece que se nos ha olvidado, a excepción de algún vídeo de campaña, donde sí se implementa algo de emoción. Cuando es precisamente esa emoción, lo que realmente mueve al ciudadano, para prestar su voto.

Nunca os habéis preguntado después de escuchar a un político ¿Que ha dicho? El motivo no es otro que simplemente no emocionan,  ni calan sus ideas, ni llega su comunicación, ni su mensaje, porque se ha roto totalmente el vínculo entre el político y la ciudadanía. 

Si un político no sabe comunicar a los demás sus creencias ¿cómo pretende que le entiendan y sobretodo que le sigan? 

En definitiva, hoy en día la sociedad exige, un discurso que se salga del montón, que sea único y excepcional. Que enamore nada más oírlo. Que despierte nuestros sentidos e instintos.

En esta vida, todo comunica. Todo.


¿Alguien vio el pasado fin de semana al candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, en televisión?

Desde mi casa pensé, perdonarme la expresión: “eligiéndolo han tenido que hacerle una gran putada”

No he visto en mi vida un candidato más triste. Si triste de tristeza, de pena,  a la hora de comunicar su candidatura.

¿Dónde estaba la ilusión? ¿Dónde dejó la emoción? Señores de esto estamos hablando. De emocionar. De mover hacia…

De hacer que las cosas sean diferentes siendo nosotros el motor de dicho cambio.

Lo siento, y lo que voy a decir no tiene nada que ver con la ideología del señor Gabilondo, pero estamos cansados de seres grises y anodinos, que aburren hasta el hartazgo, y que no inspiran ni confianza, ni el más mínimo ápice de espíritu de lucha.

Con personas así ¿Cómo podemos avanzar? Eso sí, hay que ser justos, dejó perfectamente colocado un titular Sin condiciones y con convicciones”.

Estamos en un momento, donde la comunicación ya no es lo que decimos sino lo que la gente escucha. Ya no tiene poder el que emite un mensaje sino aquellos que lo reciben.

Los políticos han pasado de ser protagonistas a ser actores secundarios, y necesitan ganarse el derecho a ser escuchados


Por lo tanto priman tres claves.

Que lo que quieran decir,esté adecuado en tiempo.
Que vaya asociado a una imagen, para una captación rápida del mensaje. Y que ambas estén orientadas a persuadir, es decir,

Escuchaba decir la semana pasada a Antonio Núñez, autor del libro ESPAÑA S.L  “Si tú me cuentas un relato que enriquezca el sentido de mi vida, yo, a cambio te prestaré mi valiosa atención”

Por ello todo lo que percibamos como opaco, turbio o velado dará paso a la desconfianza. La nueva comunicación viene exigiendo transparencia. Es necesario romper y superar la creencia de que la información oculta es poder. La información solo es poder cuando se comparte.

En la era digital, en pleno S.XXI es prácticamente imposible mantener un secreto. A veces, es imposible mantener un secreto incluso con uno mismo.

Dentro de toda comunicación, lo importante mantener el mensaje. Como si de un mantra se tratara. Sabiendo qué quiero, para qué lo quiero, con quien lo quiero, cuando lo quiero y donde lo quiero.

Si pretendemos una nueva comunicación política será necesario que nos abramos a una mayor información fuera de nuestras ideologías. No todo es blanco o negro, arriba o abajo, casta o pueblo, derecha. o izquierda. Estamos viviendo un cambio de estructura y la sociedad ha tomado la delantera a la clase política.

La ciudadanía ha comunicado en la calle y en las urnas su ansia por modificar el escenario. Han sabido decir a sus dirigentes de una forma contundente, lo que no quieren, aunque no sepan claramente lo que quieren.

Como conclusión las nuevas tecnologías han tomado el protagonismo en nuestras vidas, van a una velocidad de vértigo y como consecuencia influyen en nuestra forma de comunicarnos. Sin embargo, una mirada cómplice, un abrazo sincero, una historia personal, siempre tendrá más fuerza, que 140 caracteres en un tuit o la mejor valla publicitaria. Porque detrás de esa mirada, de ese abrazo o de esa historia compartida, siempre hay una emoción que nace de un pensamiento.

Es importante a la vez que necesario recordar que según pensamos, así sentimos y como consecuencia, actuamos. Por lo tanto, solo depende de cada uno de nosotros el ganarnos el derecho a ser escuchados.

Foto: @PabloSChillon

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