Llevo literalmente diez días, dónde mi entorno pide a gritos confianza.
Lo he vivido en el plano profesional dónde un cargo público con una excelente trayectoria ha olvidado que el primer paso para poder mover su mundo, es creer en uno mismo.
Lo he vivido desde la amistad, donde la confianza brillaba por ausencia, entre dos personas que se amaban y desde el buen fin para no dañar a otro.
Lo he vivido personalmente cuando he confiado y vuelven a darme la vuelta y de nuevo vuelvo a confiar en las personas.
Lo he vivido en el plano profesional dónde un cargo público con una excelente trayectoria ha olvidado que el primer paso para poder mover su mundo, es creer en uno mismo.
Lo he vivido desde la amistad, donde la confianza brillaba por ausencia, entre dos personas que se amaban y desde el buen fin para no dañar a otro.
Lo he vivido personalmente cuando he confiado y vuelven a darme la vuelta y de nuevo vuelvo a confiar en las personas.
Y en los tres casos surgió la siguiente pregunta ¿Dónde se asienta tu confianza?
A la primera me respondieron….en los resultados
A la segunda…en el querer
A la tercera…aquí va mi respuesta
Cuando uno escucha frases como “Yo no tengo salida” “Quiero irme” “Si voy que se preparen” “Esta es la vida que me espera” “Estoy cayendo en un pozo” “Otra vez tropecé con la misma piedra”….si se ejerce la escucha en su amplio sentido de la palabra….se dispone de mucha información.
Siempre he creído que quien no goza de confianza en sí mismo, posterga las decisiones, demora continuamente la solución y se mantiene en una actitud de parálisis. Eso pienso que le ha ocurrido por un tiempo a mis tres protagonistas…
La confianza nos da la capacidad de actuar de una manera concreta en una determinada situación. Es la energía que nos mueve y nos aporta seguridad, optimismo, esperanza, alegría y nos lleva indudablemente al bienestar; nos aporta esa sensación de sentirnos libres, fuertes…para conseguir aquello en lo que estamos convencidos.
Cuando surge, aparece un cambio exponencial en nuestra forma de actuar, en nuestras decisiones cotidianas y van alineadas cada una de ellas, a la consecución de aquello que realmente queremos y soñamos conseguir.
Siempre he pensado que la confianza implica reciprocidad. Nunca puede asentarse en una sola parte, incluso cuando la confianza en nosotros mismos depende exclusivamente de eso, de nosotros.
Yo me doy la oportunidad…..y por ello recibo.
Cuando actuamos por proyectar una imagen hacia los demás, o pensando en el que dirán o en obtener su aprobación, nos traicionamos a nosotros mismos y a partir de aquí comienza el declive de nuestra autoestima.
Para que se mantenga en el tiempo una relación sincera es imprescindible que exista confianza, aunque lo que vayamos a compartir, pueda doler. Pues el verdadero encuentro entre dos personas se asienta en el equilibrio, la armonía y la autenticidad y ello convierte cada momento en un instante sereno…
Aprender a administrar la confianza, a construirla y ganarla poco a poco, ayuda a no sentirte utilizado.
Uno, depende ti
Dos, vuelve a ser tu
Tres, sonríe
Cuídate….
Cuando uno escucha frases como “Yo no tengo salida” “Quiero irme” “Si voy que se preparen” “Esta es la vida que me espera” “Estoy cayendo en un pozo” “Otra vez tropecé con la misma piedra”….si se ejerce la escucha en su amplio sentido de la palabra….se dispone de mucha información.
Siempre he creído que quien no goza de confianza en sí mismo, posterga las decisiones, demora continuamente la solución y se mantiene en una actitud de parálisis. Eso pienso que le ha ocurrido por un tiempo a mis tres protagonistas…
La confianza nos da la capacidad de actuar de una manera concreta en una determinada situación. Es la energía que nos mueve y nos aporta seguridad, optimismo, esperanza, alegría y nos lleva indudablemente al bienestar; nos aporta esa sensación de sentirnos libres, fuertes…para conseguir aquello en lo que estamos convencidos.
Cuando surge, aparece un cambio exponencial en nuestra forma de actuar, en nuestras decisiones cotidianas y van alineadas cada una de ellas, a la consecución de aquello que realmente queremos y soñamos conseguir.
Siempre he pensado que la confianza implica reciprocidad. Nunca puede asentarse en una sola parte, incluso cuando la confianza en nosotros mismos depende exclusivamente de eso, de nosotros.
Yo me doy la oportunidad…..y por ello recibo.
Cuando actuamos por proyectar una imagen hacia los demás, o pensando en el que dirán o en obtener su aprobación, nos traicionamos a nosotros mismos y a partir de aquí comienza el declive de nuestra autoestima.
Para que se mantenga en el tiempo una relación sincera es imprescindible que exista confianza, aunque lo que vayamos a compartir, pueda doler. Pues el verdadero encuentro entre dos personas se asienta en el equilibrio, la armonía y la autenticidad y ello convierte cada momento en un instante sereno…
Aprender a administrar la confianza, a construirla y ganarla poco a poco, ayuda a no sentirte utilizado.
Uno, depende ti
Dos, vuelve a ser tu
Tres, sonríe
Cuídate….
6 comentarios:
Un post magistral, bien plantado y pan de cada día. Hay que confiar en uno mismo y como dices creer en nuestras capacidades. YY desde esta perspectiva puedes abrirte a los demás con honradez.
"La confianza nos da la capacidad de actuar de una manera concreta en una determinada situación. Es la energía que nos mueve y nos aporta seguridad, optimismo, esperanza, alegría y nos lleva indudablemente al bienestar"
Me gusta mucho esta definición.
Sonreír es importante
Un beso y feliz semana
@Katy....lo mejor de todo es que con cada uno de ellos, yo aprendo.
A veces la vida te pone regalos en el camino...
Sigamos sonriendo....:)
Mi aplauso. Me parece magnífico lo que dices.
Un cordial saludo, JMF
Me parece magnífico lo que dices. Mereces un aplauso. JMF
Eso que dices me parece magnífico. Recibe mis aplausos.
@Jose María...gracias por tu comentario y me alegra que hayas encontrado en este rincón algo que te guste.
Bienvenido....:))
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