Anteriormente en el post Coaching
político ¿Cómo? Compartíamos que el coaching se basa en el conocimiento de uno mismo para así
dar consistencia a la identidad propia e integrar objetivos personales y políticos.
Hoy abordaremos técnicas aplicables para
“orientar a la acción” a nuestro cliente.
No conozco a ninguna persona
que se involucre en un proceso de cambio que no esté dispuesto a poner en
acción las cosas necesarias para lograr lo que le impulsó a contratarme. Por
ello, cuando trabajo con un cliente, con un político que tiene la
responsabilidad y la condición de estar
al servicio del ciudadano, dejo claras estas técnicas, pues ellas mismas serán
herramientas que aplicadas en su entorno político le aportaran beneficios y
cambios en su ámbito más cercano, originando un clima de trabajo óptimo
orientado a la consecución de sus objetivos y los de su equipo.
Impulso para orientar al
político a la acción:
Silencio: Cuando dentro de
nuestra conversación no cortamos los silencios que se producen, estimulamos de
una forma inconsciente a que nuestro cliente aporte sus propias soluciones a
una situación conflictiva concreta que acaba de comentar. Aparentemente es una técnica
sencilla, sin embargo no ejecutada en el momento adecuado y de una forma
efectiva, puede crear incomodidad y con ello desconfianza. A nadie nos agradan
los silencios, por ello a veces preferimos escucharnos a nosotros mismos en vez
de escuchar a los demás. Esta técnica aplicada con buen criterio en política,
es una de las “armas” más rentables para la obtención de información.
Resumen: Con la acción de
resumir, se prepara a nuestro cliente para que se enfrente a la acción. Acto
seguido al resumen de todo lo comentado en la sesión, el político toma mayor
conciencia de los hechos y es él mismo quien puede proponer un camino a seguir.
Tomar notas: Tomar nota de
los hechos, situaciones o de los compromisos adquiridos por el político,
refuerza el compromiso de éste para actuar y no dejar que pase el tiempo sin
hacer nada. Al empezar las sesiones es recomendable repasar cuales fueron los
compromisos adquiridos en la última sesión y en qué estado de desarrollo se
encuentran.
Dar ejercicios mentales: Realizar
pequeños ejercicios puramente a nivel mental para que en un determinado momento
pueda ser el propio cliente el que los haga automáticamente como método para
tomar las riendas de una situación. También es muy válido realizar “guiones”
sobre cómo reaccionar en situaciones determinadas, etc. Un buen ejemplo seria
como controlar la voz interna cuando sucede algo contrario a lo esperado, el
lenguaje no verbal puede traicionar de una forma abismal lo que en un momento
determinado, en un acto o en una reunión realmente queremos transmitir. Tener
control sobre lo que pensamos y hacemos, da seguridad a uno mismo y transmite
confianza a los demás.
Realizar experimentos: Con la realización
de éstos se auto-ayuda a nuestro cliente, planteando situaciones futuras y
previniendo reacciones posibles que se pueden tener, analizando a priori cual
es la alternativa más recomendable o cual es la que se debe evitar, dando
confianza para que pueda enfrentarse a una situación. El experimento tiene un carácter
temporal y provisional, lo que permite al político probar ciertas acciones sin
tomar demasiado riesgo.
Contar historias: A través de
historias similares o con protagonistas de características parecidas a nuestro
cliente, se estimula al político para que pueda ver alternativas o posibles
consecuencias de su acción planteada, con la finalidad que se vea capaz de
evitar o mejorar la acción.
Social networking: Haciendo que
el político reflexiones sobre quienes son las personas de su círculo de
conocidos y amigos, compañeros y personas de confianza que le pueden dar apoyo
en temas específicos y motivándole para que cultive dicho circulo, éste es
consciente de que no siempre está sólo (aunque en política se viva que siempre
ante un error se está) y que puede pedir ayuda o apoyo en situaciones con un
alto nivel de exigencia.
Planes de acción: Es necesario
poner en práctica todo lo conversado para que el aprendizaje sea completo. La práctica
de nuevos comportamientos es necesaria para que se conviertan en hábitos. Sin
objetivos a alcanzar o sin un plan de acción todo el proceso de coaching
peligra.
Seguimiento: Imprescindible para el buen término del proceso, tanto para la corrección y aseguramiento del plan de acción como para asegurar la motivación de nuestro cliente en un primer momento.
Disponibilidad: Aunque como
profesionales los coach no podemos tomar a nuestro cliente de la mano todo el
tiempo, no somos asesores personales al 100% del tiempo, pues entonces parte de
nuestra efectividad se quebraría, para el político saber que estamos
disponibles para comentar sus acciones puede significar un gran impulso para la
implantación de la acción. El coaching no debe crear dependencias, sin embargo
es un proceso de acompañamiento, es por ello que la disponibilidad del coach es
necesaria.
Es importante transmitir muchas
de estas técnicas al político, pues mediante le aprendizaje de las mismas,
tendrá las herramientas necesarias para continuar avanzando en su aprendizaje y
desarrollo personal sin la ayuda del coach. Es más, la aplicación de estas técnicas
le permitirá implementarlas con sus
colaboradores u otros miembros de su equipo.
El objetivo de estas técnicas es
que sean como hemos dicho anteriormente fórmulas habituales para entender el
día a día y permanecer alineado con sus objetivos personales y políticos.
¿Todavía dudas de las ventajas que tiene un proceso de coaching?
Fuente: Material máster IESE Coaching Profesional. Steven Poelmans
Fuente: Material máster IESE Coaching Profesional. Steven Poelmans
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